Durante este primer fin de semana de septiembre se celebra en Gales la cumbre de la OTAN que reúne a algunas de las potencias imperialistas más influyentes del mundo bajo la tutela y dirección de los Estados Unidos de América. La agenda de esta cumbre imperialista está marcada por la inmediatez de reforzar al régimen golpista, fascista y pro-imperialista ucraniano, con el objetivo de apuntalar la fuerza imperialista en el este de Europa argumentando frenar así una supuesta “amenaza rusa”. También se trabajará por contener la expansión de los yihadistas del Estado Islámico, producto la desestabilización causada por los miembros de la OTAN tras más de diez años de intervenciones militares en el norte de África y Asia.

España participará en esta cumbre al ser miembro de la Alianza Atlántica. Nuestro país lo hará desde el dudoso “honor” de haber participado en gran parte de estos conflictos imperialistas. En primer lugar al haber apoyado dando apoyo logístico y militar al gobierno de Kiev en forma de chalecos y cascos para reforzar a los golpistas. También como uno de los promotores de la guerra comenzada en 2003 que destruyó el estado laico iraquí, lo que convierte a nuestro país como uno de los principales responsables de la desestabilización que hoy sufre la región y ha permitido la germinación de grupos yihadistas y extremistas religiosos.

Desde el Partido del Trabajo Democrático denunciamos abiertamente los objetivos de esta cumbre de someter a los pueblos a los dictados de las principales potencias imperialistas. Condenamos enérgicamente la intención de crear una fuerza de intervención directa que opere en el este de Europa y afirmamos que actualmente la principal amenaza para la paz y el progreso de los pueblos proviene de los imperialistas americanos y europeos. Porque han demostrado ser capaces de desintegrar países enteros y sumir a regiones enteras en el caos y la miseria, permitiendo que el yihadismo se fortalezca como nunca antes lo había hecho, sólo para obtener materias primas y recursos para beneficiar a los grandes monopolios. Porque han demostrado ser capaces de aplastar los derechos democráticos de todo un pueblo e imponer un régimen dónde se permita cancha abierta a los fascistas sólo para mantener el control geopolítico de un país y tener un gobierno títere para combatir a sus enemigos. Son estos imperialistas los que han demostrado que son capaces de hacer cualquier cosa por defender los intereses de las grandes empresas y bancos, que no dudarán en precipitarse a una guerra de proporciones mundiales si con ello mantienen su posición de poder y garantizan el sostenimiento de sus mercados.

Para vencer a esta fuerza imperialista es necesaria organizar y coordinar la lucha de la clase obrera mundial con la de los pueblos oprimidos por estas potencias. Para ello es necesario apoyar y solidarizarnos con las luchas populares de resistencia que se enfrentan al imperialismo en todo lugar del mundo. En ese sentido apoyamos la lucha del pueblo de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk que, bajo la bandera de Novorrosiya, luchan contra el gobierno golpista y por una consecuente democracia popular como solución al intento del imperialismo de convertir a su país en el muelle de contención del Este de Europa.

Sin embargo esta solidaridad no es suficiente. Los partidos comunistas y obreros de los países imperialistas deben trabajar activamente por movilizar a la clase obrera y los sectores populares en sus respectivos países para unificar las luchas con los pueblos oprimidos por el imperialismo y derrotar a la oligarquía en su propio país. En ese sentido, desde el Partido del Trabajo Democrático apostamos por movilizar a la clase obrera para exigir la salida de la OTAN, haciendo comprender que quienes invaden y saquean estos países son los mismos que destruyen nuestros derechos laborales, privatizan nuestros servicios públicos y aniquilan nuestros derechos democráticos para sostener sus respectivas cuotas de poder.