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Necesitamos más gente organizada en sindicatos, asociaciones estudiantiles, vecinales y movimientos sociales.

Cuando todo parecía tranquilo, cuando nada parecía que iba a volver a hacer que las calles se llenasen y la gente volviera de nuevo a ellas a protestar, han llegado dos movilizaciones de envergadura: la vuelta de las Marchas de la Dignidad a Madrid y la huelga de toda la comunidad universitaria contra el 3+2.

La huelga contra el 3+2 ha sido todo un ejemplo de lucha, unidad e implicación colectiva de todos los sectores de la comunidad universitaria, en la lucha contra la reforma reaccionaria que el Ministro Wert pretende imponer, como es de costumbre, por decreto y sin diálogo alguno. En el Campus de Ciudad Real se sucedieron ruedas de prensa unitarias entre sindicalistas y representantes de los estudiantes, el Colectivo Estudiantil de Ciudad Real organizó un referéndum que contó con la participación de miles de estudiantes del Campus y mostró, que la inmensa mayoría de los universitarios se oponen al 3+2.

Por su parte las Marchas de la Dignidad en Madrid también acogieron una movilización importante: asociaciones vecinales, sindicatos, organizaciones sociales y políticas, miles de personas secundaron la movilización bajo el llamamiento a realizar una gran “huelga general laboral, ciudadana y de consumo” para Octubre, aunque para ello, deberán buscar una mayoría unitaria de organizaciones sociales y obreras que secunden y movilicen esta convocatoria.

Las Marchas de la Dignidad, también aciertan al advertir de la tendencia que existe entre amplios sectores de la población, de abandonar la movilización en la calle como medio de lucha, y centrar su atención en la vía electoral.Efectivamente, este posible avance electoral de organizaciones progresistas ha provocado una caída considerable de la movilización social, muchas personas han puesto sus esperanzas en un cambio electoral y se han desenganchado de la movilización social que tanto les ha desgastado y que tan pocos resultados inmediatos les ha dado.

Obviamente somos conscientes de la importancia de un posible triunfo o avance electoral, pero también sabemos que todas las revoluciones, rupturas y cambios sociales importantes se han llevado gracias a la implicación de las clases oprimidas, las elecciones han podido ser un frente de lucha, pero no el único ni siquiera el principal. Las elecciones andaluzas muestran cómo el bipartidismo, pese a estar tocado, se resiste a morir, y cómo la oligarquía tiene una capacidad de “regenerarse” políticamente mejor de lo que creíamos; ahí vemos el vertiginoso crecimiento de su nueva criatura, “Ciudadanos”.

Terminadas las dos grandes movilizaciones que señalábamos al principio, debemos ser conscientes de que ahora viene un gran parón que durará hasta pasadas las elecciones municipales y autonómicas de Mayo, o incluso las generales de Octubre, ¿Cómo enfrentarnos a este acusado reflujo? En nuestra opinión el movimiento popular no debe desaparecer pero sí cambiar el modelo de actividad que debemos desarrollar. Debemos realizar más actos informativos que movilizaciones masivas, debemos recordar a nuestros vecinos que voten a opciones progresistas, pero que las injusticias no se paran en época electoral.

Los vecinos y las vecinas de Ciudad Real deben centrar su atención en el ámbito político, redoblar su denuncia contra los partidos que se han turnado en los sucesivos gobiernos, aquellos que han sido durante años los verdugos del pueblo y ahora, en época electoral, se presentan como nuestros salvadores. Así mismo los activistas sociales debemos dar un toque a los dirigentes de las organizaciones políticas progresistas, no es posible que ante esta situación histórica, las organizaciones estén centradas en batallas electorales, olvidándose de su verdadero músculo y su verdadera fuerza, la ciudadanía.

Necesitamos más gente organizada en sindicatos, asociaciones estudiantiles, vecinales y movimientos sociales, pero también un avance de las fuerzas políticas que representan los intereses del pueblo en las instituciones, debemos quitarle más poder a la oligarquía, y para ello hoy más que nunca unidad popular.

¡Hay que ganarles! ¡En las urnas y en las calles!