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Las grandes empresas y bancos del IBEX-35 ganan cada vez más beneficios, mientras la clase obrera retrocede en poder adquisitivo y derechos.

Año tras año las grandes empresas y bancos españoles del IBEX-35 dan resultados positivos. Mejores que el año anterior en la mayoría de los casos, a pesar de las fluctuaciones. Así ha sido durante todo este período de crisis sistémica del régimen capitalista. Así, pues, recientemente todas las empresas del IBEX-35 proporcionaron sus resultados. Éstos arrojaron una cuenta de beneficios de nada más y nada menos que de 9.700 millones de euros en los tres primeros meses de 2015 (¡¡un 35% más!!); con Telefónica, Banco Santander y BBVA a la cabeza. Tocaría a más de 4.000 euros por trabajador, en activo o en paro.

En cambio, la clase obrera ha visto retroceder su poder adquisitivo en los últimos años, «curiosamente» coincidente con el ajuste a sus derechos laborales y al coste laboral. Mientras que los despidos, los expedientes de regulación de empleo, los recortes salariales, los recortes en las indemnizaciones, el incremento de los contratos a tiempo parcial y temporales, etc., sacudían a la clase obrera, los beneficios se incrementaban. A pesar de la creación de empleo los asalariados hemos perdido poder adquisitivo. Los contratos laborales son peores consecuencia de la sucesión de despidos y sustitución por los nuevos contratos laborales más precarios, que han incrementado el grado de explotación al que nos tenían sometidos. Ya hay más del 60% de los trabajadores en España que son «mileuristas». Y de 2009 a 2014 la remuneración de todos los asalariados en España ha perdido un total de casi 30.000 millones de euros.

 

 

Y esto se refleja en la pérdida de peso que tenían las rentas de los asalariados en el PIB. Y por el contrario, el incremento del peso de las rentas del capital en los últimos años. Pero si nos fijamos en las últimas tres décadas, la pérdida de poder adquisitivo y de peso de las rentas de los asalariados a manos de los beneficios de las empresas y bancos es aún mayor. Es una tendencia imparable que muestra cómo las empresas incrementan los beneficios atesorando la riqueza social producida por las manos, el sudor y la fuerza de la clase obrera.

Es evidente que la relación entre uno y otro supone que cuanto mayor es la explotación de los obreros y obreras mayores son los beneficios alcanzados por las empresas y bancos. Por tanto, éstas viven de explotar la fuerza de trabajo de la clase obrera. Cuanto más la explotan mayor miseria generan entre las familias trabajadoras y mayores son los beneficios. Y a la par se entiende que sin lo producido por el trabajo de la clase obrera no puede existir parasitariamente los empresarios y banqueros.

La feroz lucha por la resistencia de la clase obrera a esta terrible tendencia exige que nos organicemos para no solo evitarla sino para mejorar nuestros salarios. Pero es inevitable que, este carácter explotador y parasitario de la fuerza de trabajo ajena, por parte de la empresas y bancos, nos obligue a liberarnos para que todo lo que producimos socialmente esté al alcance de nuestra mano y no acumulado en los bolsillos de unos pocos. De esta manera debemos desterrar todo atisbo de miseria liberando las riquezas sociales para uso y disfrute de quienes lo producimos.