Manifestación de trabajadores y trabajadoras de ArcelorMitall. Avilés, 11 de junio de 2016. Foto: La Mayoría.
Manifestación de trabajadores y trabajadoras de ArcelorMitall. Avilés, 11 de junio de 2016. Foto: La Mayoría.

El 19 de julio de 2015, el Partido del Trabajo Democrático celebró su primera Conferencia sobre el trabajo de los comunistas en el movimiento obrero y sindical. Después de dos días de escuela de formación sobre economía política y sobre intervención política entre las masas asalariadas, los delegados y delegadas participantes debatieron y enmendaron una propuesta del Comité Central del PTD hasta convertirla en el documento que aquí presentamos.

De este intenso fin de semana de trabajo, queremos destacar en esta introducción algunas conclusiones:

1º) Los obreros industriales son la vanguardia de la clase obrera y, en cuanto a los demás sectores de la misma, hay que llevarlos hasta la combatividad y la tradición de lucha de aquéllos. En otros términos, se trata de transmitir la tradición de lucha del proletariado industrial y hacer que la asimilen los «nuevos» trabajadores, particularmente las capas más proletarizadas del sector servicios. Es exactamente lo contrario de la tendencia cómoda a alejarse de las fábricas y huir hacia los «nuevos movimientos sociales».

2º) Es lógico y necesario que trabajemos en diversas centrales sindicales porque no hacemos depender esta decisión de la línea política de sus direcciones (por lo demás, básicamente perjudicial para los intereses fundamentales de la clase obrera en todos los casos: reformismo, «izquierdismo», anarcosindicalismo, corporativismo, sectarismo, etc.). Desde el punto de vista del PTD, el criterio esencial para trabajar en el movimiento sindical sigue siendo la presencia de masas obreras organizadas. En todos los sindicatos respaldados por los trabajadores a nivel del país o de una gran empresa, las masas obreras están presentes y un obrero de cualquiera de ellos está tan explotado como su colega de otro de esos sindicatos. En todos los sindicatos, hay elementos combativos y hay divergencias entre la izquierda y la derecha.

La cuestión de la unidad en un solo sindicato no es un objetivo inmediato, sino futuro, que depende del desarrollo del frente único sindical de clase y de la lucha de clases en general.

3º) La política de frente unido con el conjunto de los sindicatos no significa una unidad desprovista de principios y una capitulación pacífica ante el reformismo, sino que equivale a apoyarse en la base combativa y los delegados de izquierda para ganar al grupo intermedio, apoyándole totalmente en sus críticas hacia la fracción derechista del sindicato. Ganar al grupo intermedio de delegados y liberados sólo puede resultar de la aplicación consecuente de esta posición correcta.

4º) Debemos defender el reforzamiento de los sindicatos. La patronal trata de minar la fuerza de los sindicatos atrayendo a los dirigentes sindicales de derecha hacia la colaboración de clases. El sindicalismo de combate es la única manera de oponerse a ello. No son las fuerzas de izquierda sino las de derecha las que destruyen el sindicato.

5º) Tenemos que aprender a localizar correctamente la responsabilidad por hechos escandalosos, acuerdos secretos, sabotaje de huelgas, etc. La culpa nunca la tiene «el» sindicato, tomado en su conjunto. Siempre hay responsables principales y ejecutores, siempre hay contradicción entre izquierda y derecha. El objetivo de la crítica debe quedar circunscrito de la manera más correcta posible. Las críticas hacia «el» sindicato golpean también a las fuerzas combativas que son el alma del sindicato. Es la manera fascista de criticar al sindicato.

6º) La crítica la dirigimos a la línea y no a la persona. Es la razón por la que es importante ofrecer una alternativa, dejar la puerta entreabierta para que el mayor número posible de buenos sindicalistas puedan identificarse con la crítica.

7º) Por último, no debemos responsabilizar principalmente a los dirigentes sindicales por su falta de firmeza, sino a los partidos socialdemócratas, reformistas, etc., que influyen negativamente sobre el sindicato.

El Comité Central del PTD

DOCUMENTO DE LA CONFERENCIA DE MOVIMIENTO OBRERO DEL PTD

1.- LA CLASE OBRERA Y EL MOVIMIENTO OBRERO.

1.1.- La clase obrera sujeto revolucionario. La tarea histórica de la clase obrera.

1.1.1. En el momento actual existe una gran confusión sobre las esencias del sistema capitalista; confusión sobre la existencia de la lucha de clases, sobre la misma existencia de la clase obrera en esta aparente “nueva era” del capitalismo; también sobre el sujeto transformador que se identifica con la “multitud”; incluso sobre el objetivo final que las tendencias teóricas modernas dirigen hacia la “democracia de lo común”. Esto es debido a que, después de la derrota parcial del socialismo, conllevando una hegemonía a nivel global del pensamiento capitalista, la clase obrera se ha colocado a la cola de los movimientos de masas, y a que se niega el marxismo y se sustituye por el eclecticismo posmoderno. Las teorías pequeñoburguesas se han colocado en la “vanguardia” de los movimientos y prometen solucionar los problemas sociales reformando el Estado y el sistema social, democratizando la sociedad en beneficio popular.

1.1.2. Pero el capitalismo no ha muerto, se ha vuelto más feroz en su etapa imperialista. Y si el capitalismo no está difunto, el sujeto social genuino del sistema, sin el cual no podría existir, la clase obrera sigue teniendo la tarea histórica de destruir el capitalismo. La clase obrera es el sujeto revolucionario, por mucho que hoy no se muestre a la vanguardia de la lucha de masas, de la lucha política, de la lucha democrática. Sin la clase obrera al frente no podrá transformarse la sociedad de manera revolucionaria; todo movimiento de masas político, aunque pueda tener una tendencia progresista, no podrá alcanzar más que objetivos dentro del sistema.

1.1.3. La clase obrera solamente podrá alcanzar su misión histórica de acabar con la explotación y la opresión, dirigiendo a las clases y capas desposeídas hacia el socialismo, con la teoría revolucionaria, el marxismo-leninismo, al frente de su movimiento. La misión principal de nuestro Partido es la de recuperar el marxismo-leninismo desarrollando la lucha teórica contra las ideologías burguesas y pequeñoburguesas; llevar el socialismo científico al movimiento obrero en su lucha económica y política; y luchar dentro del mismo por ser su vanguardia, su cabeza.

1.2.- Movimientos de masas y movimiento obrero

1.2.1. En nuestro país existe una multitud de movimientos de masas. Sobre todo a raíz de la crisis económica, la austeridad y los recortes, se han desarrollado movimientos de masas para responder al menoscabo de las condiciones de vida que han provocado las políticas en beneficio de la oligarquía y de otras capas privilegiadas de la burguesía: el 15M, las Mareas, las Marchas de la Dignidad, huelgas generales, la PAH y otros muchos movimientos reivindicativos. Efectivamente todos ellos son movimientos de masas, unos de lucha económica y otros de lucha democrática. Los comunistas tenemos el deber de participar en ellos con agitación y propaganda socialista, introduciendo así el contenido político revolucionario. Pero tenemos que ser capaces de distinguir entre los que son movimientos populares que unen generalmente ciertos intereses comunes de distintas clases o capas sociales desfavorecidas, y el movimiento obrero.

1.2.2. El movimiento obrero es el propio que realiza la clase obrera organizada, aunque sea solamente de manera parcial, sea por unos intereses inmediatos o por los intereses generales. En el primer caso, en cuanto al movimiento por intereses inmediatos, podemos poner como ejemplo la lucha por conseguir mejores condiciones en la venta de su fuerza de trabajo, la lucha contra los despidos, la paralización de una reforma laboral, la defensa del derecho de huelga o la lucha por unas mejores condiciones de acceso a la vivienda. Como vemos son luchas parciales tanto económicas como políticas pero que no se salen del marco de relaciones burguesas ni buscan la destrucción del sistema capitalista. Se enmarcan principalmente en lo que podemos definir como espontaneidad de las masas obreras. Son un aspecto primario de la lucha de clases que está condicionado todavía a la ideología burguesa. La forma habitual de organizarse la clase obrera para este tipo de lucha de mejora de las condiciones de vida y trabajo son los sindicatos, aunque tenemos que tener muy en cuenta las agrupaciones de parados (obreros sin empleo) o las asociaciones de barrios obreros (dónde viven los obreros), como parte del movimiento obrero.

1.2.3. Pero el movimiento obrero no es solamente la organización para la lucha por intereses inmediatos, sino también lo es la organización de la clase para alcanzar su misión histórica revolucionaria, sus intereses generales. La lucha concreta por mejoras, la lucha espontánea, no conduce directamente a la toma de conciencia. Para ello se necesita la intervención de la teoría revolucionaria. Por eso, es fundamental que la clase obrera se constituya en partido político y esto solamente puede llevarse a cabo mediante la fusión del socialismo con el movimiento obrero. Los comunistas intervenimos en el movimiento espontáneo para transformarlo en movimiento consciente, en movimiento por el socialismo, para que la espontaneidad de las masas obreras se convierta en conciencia y organización comunista. El Partido Comunista es la parte fundamental del movimiento obrero porque es la esencia condensada de los intereses generales de la clase obrera.

1.3.- Como resumen: Sindicato y Partido

1.3.1. El sindicato es la organización “natural” de la clase obrera para desarrollar la lucha económica por intereses concretos, para mejorar la venta de la fuerza de trabajo y las condiciones de trabajo y vida. Representa el movimiento obrero en su forma básica, en el momento de la conciencia espontánea que no cuestiona el sistema social. Los comunistas actuamos en los sindicatos, como trabajo de masas principal, porque en ellos encontramos a los obreros organizados, con cierta conciencia y porque se concentra la contradicción básica económica de la sociedad. Nuestra labor es la de realizar un trabajo cotidiano de agitación reivindicativa económica y política y propaganda socialista para transformar la conciencia espontánea en conciencia comunista.

1.3.2. El Partido Comunista es el máximo exponente de la conciencia política de la clase obrera. Concentra la teoría marxista-leninista (que debe ser estudiada y desarrollada), la cual debe fusionarse con el movimiento obrero para convertirlo en revolucionario. El Partido Comunista representa la independencia política de la clase obrera, es la parte fundamental del movimiento obrero. La labor de los comunistas prioritaria y urgente es la reconstitución del Partido Comunista.

2.- SITUACIÓN DE LA CLASE OBRERA Y DE SU LUCHA.

2.1.- La crisis y la clase obrera

2.1.1. La profundización de la crisis económica sistémica del capitalismo ha agravado de manera crítica la situación de la clase obrera y también del resto de trabajadores. La pérdida de derechos económicos, laborales y democráticos se ha producido de manera galopante. Las concesiones y  prebendas, conseguidas en la explotación imperialista española, que mantienen adormecidos a importantes sectores de los trabajadores se van quedando en nada, la aristocracia obrera disminuye su peso relativo, aunque conserva una ideología pequeñoburguesa. El paro masivo y la precariedad laboral desorganiza a la clase obrera. Se fomenta la división entre obreros con empleo y desempleados o entre trabajadores fijos y eventuales. Todo esto es un marco en que las organizaciones obreras no han sabido unificar a los trabajadores para una lucha por los intereses inmediatos como clase.

2.1.2. La explotación de la clase obrera es más profunda y se abren con mayor nitidez las condiciones objetivas concretas para la conciencia y la lucha revolucionarias. Pero aún queda un largo camino porque todavía no hemos conseguido disponer de las bases organizativas necesarias para una lucha global económica, política y teórica contra el capitalismo. Sin ellas las condiciones subjetivas no se abrirán paso, sin el marxismo-leninismo no puede pasarse de la conciencia espontánea o reformista a la revolucionaria.

2.2.- Movimientos democráticos y movimiento obrero

2.2.1. Las luchas democráticas han desbordado a la clase obrera. Con la crisis, que les ha afectado gravemente acercándolas más y más a la proletarización, las capas intermedias de la sociedad se han convertido en fuerza social y han tomado un papel dirigente en estas luchas relegando a la clase obrera a un papel subsidiario. La falta del partido político de la clase obrera, o sea, de su organización en sentido político revolucionario y de la conciencia comunista, es el motivo principal. La clase obrera se ve subsumida a la ideología burguesa y ve como intereses propios (en cierta medida porque comparte algunos intereses inmediatos) las reivindicaciones de la pequeña burguesía y de las capas medias.

2.2.2. En todos los movimientos democráticos y populares, la clase obrera ha estado presente y, en muchos de ellos, de manera masiva. Pero no ha participado como clase, organizadamente, y ni mucho menos dirigente sino individualizada entre la “multitud”, asumiendo los parámetros representativos e ideológicos de la pequeña burguesía, hoy en posiciones democráticas y antioligárquicas. El movimiento obrero está actuando  generalmente al margen de los movimientos populares de masas, limitándose a las luchas parciales dentro de las empresas, incluso sin apenas unificar las diversas luchas económicas. Es necesario que desarrolle también una lucha política como clase para ponerse al frente del movimiento democrático.

2.2.3. En la lucha económica por mejores condiciones de trabajo y vida, la clase obrera descubre el antagonismo entre sus intereses y los de los empresarios. Pero solamente despierta de manera parcial, ya que ve este antagonismo únicamente en el plano de la lucha por el salario o por mejores condiciones de trabajo. Adquiere sólo una conciencia sindical. Sin adquirir una conciencia comunista no puede descubrir que ese antagonismo se extiende a todo el régimen social y político, a todo el sistema capitalista y su Estado. Sin esta conciencia política de clase, el movimiento obrero no dejará de estar a expensas de la pequeña burguesía y de las políticas reformistas, tanto sindical como políticamente.

2.3.- Los sindicatos y su situación

2.3.1. Existe hoy un ambiente bastante extendido de cuestionamiento de los sindicatos, de su papel y de sus logros. La propaganda antisindical de empresarios y gobierno, fieles a sus intereses de clase, ha jugado su papel, pero también la pérdida de derechos con una exigua e indolente respuesta de los líderes de los grandes sindicatos ha hecho el resto. Se les acusa de ser parte del sistema y no se puede quitar la razón a esta afirmación. Los sindicatos por sí solos no pueden escapar al marco de relaciones capitalistas, más aún en un país imperialista donde se compran con prebendas las conciencias y, aún más, cuando las condiciones objetivas y subjetivas dejan el campo de representación de los trabajadores a los oportunistas que apuestan por el pacto social y la connivencia con el sistema en lugar de promover la lucha de clases. El mensaje antisindical también viene por parte de elementos pequeñoburgueses que confunden el enemigo principal y llegan a boicotear luchas sindicales.

Un concepto que ha calado en parte de los jóvenes trabajadores es la “necesidad” de estar empleado para sindicarse y con la actual situación del mercado laboral en el Estado español con contratos precarios, temporales que no vinculan a una empresa o incluso a un sector durante demasiados meses, no facilita que se impliquen en el movimiento sindical.

2.3.2. De todas formas, nuestra clase necesita sindicatos. Es mejor disponer de sindicatos, aunque fuesen reaccionarios, a no tenerlos. Actualmente los sindicatos afilian a millones de trabajadores que conforman movimiento obrero cotidianamente y los mueven en un ambiente de lucha de clases en las huelgas generales. La falta de una oposición comunista dentro de los sindicatos deja el campo libre a los oportunistas y este hecho tenemos que empezar a paliarlo llevando ideología comunista a los sindicatos.

2.3.3. No podemos obviar tampoco que existen muchos sindicatos pequeños, llamados alternativos, unos específicamente corporativos y otros situados en el marco radical. Si los grandes sindicatos van por el camino de la conciliación de clases, los pequeños sindicatos arrastran la rémora de las tendencias anarcosindicalistas, con muchas veces propuestas radicales izquierdistas que tampoco benefician la unidad de la clase obrera ni la toma de conciencia revolucionaria. Tanto los grandes como los pequeños sindicatos representan los límites de la lucha sindical que no puede ir más allá del espontaneísmo, mientras no la dirija el Partido Comunista.

3.- UN PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LA CLASE OBRERA EN CONSTRUCCIÓN.

3.1.1. La determinación de la estrategia y táctica del Partido en el ámbito del movimiento obrero, en general, y sindical, en particular, no solo atiende a la situación de la lucha de clases sino que también atiende al estado de construcción y desarrollo del propio Partido.

3.1.2. Debemos ser conscientes de que nuestro partido se constituyó recientemente, apenas tiene un año de vida desde la conferencia de unidad y que prosigue en una segunda fase en este proceso de unidad. Las estructuras internas aún están conformándose y adoptando cotidianidad en la actividad política interna y externa. Numéricamente es pequeño. La afiliación sindical de la militancia y su vinculación con el movimiento sindical es algo dispersa, pero principalmente se localiza en CC.OO. En ésta nos encontramos fundamentalmente a nivel de base, salvo casos puntuales con delegados sindicales.

3.1.3. Apenas hemos comenzado a contactar y a vincularnos con la clase obrera, principalmente no industrial. Se empiezan a extender pequeños círculos obreros informales en las tres regiones en las que nos encontramos presentes.

3.1.4. La construcción del Partido es la tarea táctica principal que nos hemos establecido para servir como herramienta política y revolucionaria de la clase obrera y su política independiente de clase.  Tanto en el sentido ideológico como en el orgánico, político y de fusión con el proletariado.

3.1.5. Así, pues, la estrategia concreta de intervención en el movimiento obrero y sindical debe responder a la táctica de construcción y fortalecimiento del Partido.

4.- ESTRATEGIA Y TÁCTICA EN EL MOVIMIENTO OBRERO Y SINDICAL.

4.1.1. La fusión del movimiento obrero con el socialismo científico es el principal cometido del partido para poder conducir a ésta a la conquista del poder político. No se puede entender el uno sin el otro. La construcción del partido implica y requiere la incorporación de los obreros y obreras más avanzados de todo el movimiento y de los sindicatos. Especialmente los encontraremos en los sindicatos, dado que es donde se encuentran organizados y luchan por sus intereses inmediatos, donde presentan una conciencia de clase más avanzada en estos momentos.

4.1.2. La vinculación con el proletariado industrial es nuestro principal objetivo al ser la que se encuentra más organizada, como consecuencia de la propia organización de la producción del capitalismo, y la que se encuentra en el centro de la producción capitalista y de las riquezas sociales, produce la plusvalía. Y, de la misma manera, el centro de trabajo es el lugar prioritario de vinculación con la clase obrera, donde materialmente produce, donde la producción le organiza disciplinariamente y se organiza en su estructura obrera primaria: el sindicato.

4.1.3. La división existente en el seno de la clase obrera, entre sindicados y entre éstos y los no sindicados, representa una debilidad existente en el movimiento obrero. La construcción del Frente Unido Sindical de Clase es necesaria para la lucha de la clase obrera por defender y mejorar, frente al patrón, sus condiciones laborales y de vida. Pero, la construcción del Frente Unido Sindical de Clase reviste una importancia cualitativamente superior en relación a la mera lucha sindical. Es importante para facilitar la fusión del movimiento obrero con el socialismo científico; la construcción de un movimiento revolucionario exige un alto grado de unidad de la clase obrera.

El Frente Unido Sindical de Clase no es una propuesta rígida sino flexible, un proceso mediante el que se vaya aglutinando la clase obrera, organizada en diferentes sindicatos, en un mismo frente de lucha por reformas (en estos momentos); más efectiva consecuencia de la mayor unidad. Se vaya transformando la conciencia de la clase obrera que empuja a su dispersión organizativa. Podrá darse puntualmente, a nivel general y/o local. Estas experiencias parciales unidas a la labor propagandística del partido deberán generar una tendencia a su generalización y estabilidad temporal. Así, pues, la lucha sindical de varias estructuras sindicales, coordinadas en un frente común, para la lucha, en base a una determinada reivindicación, es una expresión de ese Frente Unido Sindical de Clase.

4.1.4. La clase obrera, al igual que el Partido, aún no está en disposición de preparar los pormenores para lanzar la táctica revolucionaria. Aún se bate en la lucha de resistencia (principalmente económica) para defender sus condiciones de vida. Es totalmente predominante su lucha por reformas. Es el punto de partida sobre el que los comunistas debemos aportar la conciencia política para la gestar las condiciones suficientes para la revolución.

4.1.5. En base a las diferentes expresiones de esta lucha económica-sindical debemos construir la unidad de clase llamando a que los obreros se organicen en alguna de sus estructuras sindicales. Y, a su vez, también la unidad de acción de éstos en un mismo frente. La consigna del Frente Unido Sindical de Clase debe servirnos para ganar la confianza de la clase obrera, para arrancarlos de la división interesada de la aristocracia obrera y la burocracia sindical reformista, así como a aquellos portadores de la ideología pequeñoburguesa sectaria que fragmenta al movimiento obrero debilitándolo.

4.1.6. En nuestro trabajo de masas que es el movimiento obrero hemos establecido como prioridad la intervención política en los sindicatos; por tanto, todo militante del Partido debe estar sindicado. Nuestras limitaciones nos exigen focalizar en aquellos grandes centros industriales donde tengamos mayores posibilidades de contacto y vinculación por la particularidad existente en cada lugar.

4.1.7. Debemos conocer la disposición de las organizaciones sindicales y obreras para determinar el sentido de nuestro trabajo político. Nuestra prioridad se sitúa en los sindicatos mayoritarios, siempre y cuando nos permita desarrollar nuestros movimientos para relacionarnos con los obreros y obreras y difundir nuestra propaganda. Estos sindicatos agrupan a la mayoría de los obreros organizados, están presentes en la inmensa mayoría de las empresas y encabeza una parte importante de las luchas económicas-sindicales.

4.1.8. Pero dada la dispersión sindical, la reducida afiliación sindical y la actitud claudicante y contradictoria de los sindicatos mayoritarios -extendida al sindicalismo en general por la burguesía-, hace que la clase obrera tienda, también, a organizarse de otras formas, fuera de los límites del sindicato. Las plataformas de trabajadores, las asociaciones de parados, las mareas de colores, etc., son formas de organizarse -generalmente temporales como consecuencia de un conflicto o un problema coyuntural-. Éstas pueden facilitarnos el contacto y vinculación con la clase obrera con mayor facilidad que los sindicatos; en coyunturas desfavorables de intervención política en éstos la flexibilidad táctica nos permite llevar a cabo la actividad en estas organizaciones paralelas de lucha económica de la clase obrera. A condición de agitar entre estos obreros y obreras para que se organicen en los sindicatos.

4.1.9. Los conflictos laborales son momentos en los que la receptividad de la clase obrera es mayor. Ésta es capaz de dirigir su lucha económica, con mayor o menor efectividad, de manera espontánea. Su entorno material inmediato les permite alcanzar la conclusión de que deben luchar por mejorar el precio de venta de su fuerza de trabajo. Y con gran ingenio en muchas ocasiones aplican tácticas para lograrlo –de las cuales también debemos aprender-. Por lo general esos conflictos laborales facilitan el contacto y la vinculación. Mediante nuestra participación junto con los obreros en estos conflictos -entre otros métodos en función de las prioridades del Partido en cada momento-, podemos lograr el vínculo que deseamos.

Sin embargo no debemos esperar a que estalle un conflicto laboral para intervenir entre la clase obrera. Debemos marcarnos como objetivo trabajar con ella políticamente, independientemente de que esta se encuentre o no en conflicto (pues si esperáramos a que estallara un conflicto estaríamos, en realidad, supeditando la acción del partido a la espontaneidad de las masas en su lucha económica). Si logramos echar raíces en un centro de trabajo durante los momentos en los que no se está desarrollando un conflicto, estaremos mejor posicionados para aprovechar los diferentes momentos de desarrollo de la lucha económica para elevar la conciencia de la clase obrera.  Todo colectivo del Partido del Trabajo Democrático debe dotarse de un plan de trabajo dónde establezca los centros de trabajo prioritarios para su intervención, los cuales debe trabajar por llegar independientemente de que haya o no conflictos laborales en su interior.

Nuestro objetivo fundamental, la revolución socialista, exige que el partido comunista dirija toda la lucha de la clase obrera. Para este fin, no existe otro medio que dedicar la mayor parte de los esfuerzos de los comunistas a la educación política de las masas obreras desde un punto de vista estrictamente marxista-leninista. La realización de esta táctica exigirá que contactemos con los obreros vinculándonos a sus luchas y organizaciones sindicales, pero nuestro compromiso con éstas se subordinará por entero a la realización de nuestra labor política revolucionaria.

4.1.11. La agitación adquiere un importante papel para el Partido como herramienta  para lograr la conexión con el proletariado –además de la agitación en torno a problemas concretos sangrantes de ésta y su movilización-. La agitación política debe prevalecer sobre la agitación económica y, en cuanto a ésta su principal contenido, actualmente, es en base a la defensa y mejora de sus condiciones de vida y partiendo de sus consignas y reivindicaciones; principalmente sin dar lecciones que causen rechazo como consecuencia de la ausencia de referencialidad actual y la suplantación de sus sindicatos y comités de empresa.

4.1.12. Y la propaganda, conectada a través de la agitación y desarrollada en diferentes niveles, debe desarrollar la explicación de cómo es el capitalismo, la necesidad de la transformación social y/o las necesidades tácticas del Partido –el llamamiento a construirlo y fortalecerlo- y de la revolución social. La propaganda de estas ideas reviste diferentes niveles: la propaganda concreta del Partido que profundiza y amplía la idea expuesta en la agitación; la propaganda general del Partido; y el debate sobre el marxismo-leninismo en charlas de formación con obreros y obreras. La crítica a los defectos y limitaciones de la clase obrera, para arrancarla del reformismo, debemos situarla de manera pedagógica, razonada y en positivo. En la experiencia política propia constatará y asimilará el contenido de la propaganda.

4.1.13. La conformación de círculos obreros de agitación y propaganda es la forma que actualmente debemos desarrollar para esta fusión del socialismo científico con el movimiento obrero. Significa la organización de partes de la clase obrera en torno al Partido para la difusión ideológica del marxismo-leninismo y nuestra política. Mediante éstos agrupamos un determinado número (generalmente pequeño) de obreros y obreras avanzados más allá de la lucha sindical en su centro de trabajo. Son los primeros con los que nos estamos vinculando y la primera expresión de un movimiento obrero conscientemente orientado al socialismo. Los círculos parten del debate de la propaganda en base a sus inquietudes y problemáticas concretas, tanto económicas como políticas, para luego extenderla a la lucha general de la clase obrera y demás clases trabajadoras. El centro de trabajo será el lugar prioritario para su constitución. Dadas nuestras limitaciones cuantitativas de contacto y vinculación con la clase obrera será necesario formar círculos obreros con trabajadores de diferentes centros de trabajo con algún elemento en común sobre la base territorial.

4.1.14. Debemos incorporar al Partido a los obreros y obreras más avanzados que integran los círculos. Es una de las formas de representación de la fusión del socialismo científico con el movimiento obrero. De esta manera reforzamos la construcción del Partido de la Clase Obrera, la prioridad táctica en este período.