8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora: la lucha de las mujeres obreras contra la esclavitud asalariada las une a la lucha general de la clase obrera.
Hace poco más de un siglo, el 8 de Marzo se propuso como Día Internacional de la Mujer Trabajadora*. Se llamaba a que este día se reivindicaran los derechos de las mujeres como trabajadoras y como mujeres en el marco de la lucha contra el sistema de explotación y opresión capitalista. Y se convirtió en una jornada de lucha en memoria de las mujeres obreras que forjaron las primeras luchas como trabajadoras organizadas contra la explotación capitalista. Sirvieron de ejemplo para aquellas otras mujeres trabajadoras en Rusia, que en Febrero de 1917 salieron a las calles reclamando “Pan, Paz y Libertad”, abriendo camino a la Gran Revolución Socialista de Octubre de ese mismo año y que dio el poder a la Clase Obrera. La participación de las mujeres en la producción y sus luchas por mejores condiciones, marcaron la necesidad de la lucha política de las mujeres: “… no es la petición de igualdad de derechos la que ha impulsado a la mujer a la vida profesional, sino exactamente a la inversa: el papel de la mujer en la producción es el que ha originado su reivindicación de derechos sociales iguales”[1]
El Poder Obrero establecido en la URSS en 1917, permitió que las mujeres por primera vez tuvieran la libertad de divorcio y el aborto libre y gratuito (en democracia capitalista, aún hoy son un negocio que perpetúa la desigualdad social de la mujer). Con la abolición de los derechos de herencia y al establecerse la socialización de los medios de producción, el trabajo doméstico pasó a ser tarea de las instituciones públicas, con lavanderías y comedores comunales. Se facilitó que las niñas y los niños, sin separarlos de la madre (en democracia capitalista se los quitan si no pueden darles cobijo o alimento), estuvieran a cargo del Estado, creando guarderías en las fábricas y centros de trabajo. Se crearon centros educativos y casas culturales que favorecían la educación en igualdad de participación de ambos sexos, etc. Todo pagado por el Estado Obrero que liberó por primera vez a la mujer de las tareas asignadas tradicionalmente a ella. Su participación en la producción de bienes sociales garantizó el desarrollo de sus capacidades en múltiples disciplinas, bajo iguales derechos y deberes que los hombres. Con el Estado Obrero se pusieron las premisas para avanzar en la conquista real de la emancipación de la mujer, la igualdad no solo ante la ley sino ante la vida.
Estas conquistas del país de los Soviets alentaron las luchas en los Estados capitalistas. Se alzaban con entusiasmo y esperanzas las luchas de obreras y trabajadoras del pueblo. También favorecieron el desarrollo del movimiento feminista con reivindicaciones de participación de la mujer en todos los campos de la sociedad.
Pero cuando la contrarrevolución burguesa dentro de la URSS desplazó del poder a los obreros y obreras, la traición y el desánimo también aparecieron en la clase obrera del mundo capitalista. El objetivo fundamental por el cual se propuso el Día Internacional de la Mujer Trabajadora se debilitó y las concepciones del Movimiento Feminista Internacional, recogiendo los logros sociales conquistados por las obreras, fueron modificando las luchas de éstas en una lucha formal y a ensalzar la lucha por la igualdad de la mujer con el hombre sin cuestionar la necesaria supresión de la propiedad privada de los medios de producción. Es deber de las mujeres obreras poner por encima la lucha contra el sistema de producción capitalista que permite vivir en la opulencia y el derroche a una minoría a costa de la opresión y explotación de la mayoría de la población mundial.
Mujeres y hombres percibimos la contradicción de reconocer a la mujer como fuerza productiva útil socialmente y su discriminación mediante leyes y una moral burguesa que se aferran al modelo de sociedad patriarcal. De ejemplo sirva Madrid, dónde la mayoría de los asalariados son mujeres; la diferencia salarial de más del 38% para trabajos de igual valor; acaparan más de la mitad de los trabajos a tiempo parcial y la mayoría en el sector servicios; también constituyen más de la mitad de los desempleados[2], etc. Se constata que están atadas al cuidado de las hijas, los hijos y la familia sin poder conciliar su vida laboral con la familiar. Su independencia y decisiones están limitadas por la imposición directa e indirecta del hombre en la sociedad, les falta apoyo para educar sin el estigma de diferencia de sexo, etc.
Sin embargo, las obreras y los obreros, las trabajadoras y los trabajadores, no son aún lo suficientemente conscientes de que es esta contradicción la que da origen al “problema” o “cuestión” de la mujer, y por este motivo desvían su lucha del origen de tal contradicción. Las obreras, en su lucha por la supresión del sistema de explotación, incluyen en el programa del Partido Comunista (leninista) todas las reivindicaciones que permiten resolver esta contradicción y además hacen posible que se satisfagan para todas las mujeres, como han demostrado en la historia reciente que también enseña que esta conquista es imposible bajo el capitalismo.
El Movimiento Feminista actual está condicionado por la existencia de clases sociales y empuja a las mujeres obreras a centrar su lucha en la necesidad de reivindicar sus derechos como mujer. Son reivindicaciones justas que apoyamos y consideramos necesarias, como lo fue el apoyo que las trabajadoras dieron a la exigencia del derecho al voto, pero estas reivindicaciones solas no eliminan su esclavitud asalariada ni su opresión por ser mujeres. Y arrastradas por este movimiento que, en la “cuestión” de la mujer, sólo concibe ese aspecto de la contradicción, las obreras y trabajadoras pierden de vista que estas reivindicaciones sólo son, y no pueden ser más que un instrumento o medio en la lucha por el derrocamiento del sistema que las esclaviza como asalariadas, derrocamiento sin el cual su opresión como mujeres no puede desaparecer.[3] La lucha de las mujeres obreras contra la esclavitud asalariada las une a la lucha general de la clase obrera. Su incorporación al mercado laboral ha permitido al capital establecer nuevas formas de familia bajo la forma patriarcal con las que sustraer mayores beneficios marcando la mercancía fuerza de trabajo de la mujer con menor valor que la del hombre y a través de aumentar el ejército de reserva que compite por un puesto de trabajo. Se rebajan los derechos laborales y aumenta la opresión siendo una de las formas en la que se expresa, el cada vez mayor número de maltratos físico y psíquico de los hombres hacia las mujeres o que un mayor número de mujeres tengan que vender como mercancía su propio cuerpo para sobrevivir (la prostitución).
Por ello, las comunistas y los comunistas del PTD llamamos a las obreras y trabajadoras a organizarse en el sindicato y nos alegra ver que van teniendo más participación y aumenta su afiliación en ellos. Pero también llamamos a las mujeres obreras a pelear por que los sindicatos representen sus intereses, promuevan su participación como obreras mediante la realización de asambleas en las empresas, reivindicando convenios y que éstos se hagan desde la lucha para elevar las condiciones laborales de las trabajadoras y de los trabajadores; y no desde pactos sociales que empeoran la situación de la mujer.
Saludamos y apoyamos a las obreras de Coca-cola que con sus compañeros constituyen un ejemplo para toda las mujeres trabajadoras y la clase obrera en general, al igual que las mujeres de la minería apoyando a los mineros o las trabajadoras del campo en Andalucía, las de Vodafone y ONO, Correos,… de miles de empresas cuyos propietarios y propietarias pretenden que nos dobleguemos cada vez más a sus intereses. Defendemos la unidad de las obreras y trabajadoras y en consecuencia la unidad de la clase obrera en la lucha por sus derechos. Y, en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, las y los comunistas del PTD llamamos a organizarse con nosotras y nosotros a las mujeres obreras y del pueblo trabajador para defender la ideología y los intereses de la clase obrera y humildemente ayudarla a prepararse para cumplir su misión histórica de acabar con el capitalismo y construir la sociedad sin poseedor@s y sin desposeíd@s, sin explotardor@s y sin explotad@s.
¡Por el socialismo y la igualdad real! ¡Por la unidad de la Clase obrera!
¡Viva el Día Internacional de la Mujer Trabajadora!
* 1910,Clara Zetkin en el Congreso Internacional de Mujeres Socialistas
[1] LAS CAUSAS DEL PROBLEMA DE LA MUJER. A. Kollontay. Recogido en el documento “La Mujer en el Desarrollo social” Biblioteca Lluita Comunista.
[2] SITUACION SOCIOLABORAL DE LAS MUJERES EN 2014. Informe Secretaria de la Mujer. CCOO
[3] La lucha del movimiento feminista ha posibilitado y posibilita a una minoría de mujeres dirigir gobiernos (Thatcher, Merkel, Aguirre, Susana Díaz, Cospedal y tantas otras) ocupar cargos directivos o gerencias en empresas desenmascarando la brecha salarial entre sexos sobre una remuneración bruta anual superior a los 90.000 €[3]; a una minoría de mujeres convertirse en profesionales y liberadas de las cargas domésticas porque se las realizan otras mujeres de modo privado; etc., creándose una desigualdad cada vez mayor con respecto a otras mujeres, las obreras y trabajadoras explotadas y despedidas por esas mismas mujeres.