Miles de trabajadoras y trabajadores hemos inundado las calles en todo el país para defender nuestros derechos y recuperar todo lo que nos han robado. Las consignas se centraron en denunciar el prolongado aumento de las desigualdades sociales que están condenando a cada vez más personas a la precariedad y la miseria mientras que una minoria de magnates se lucran con nuestro sufrimiento. El movimiento sindical ha salido a las calles para decirle al gobierno y a la patronal que nuestros derechos no están en venta, que contra la pobreza la mejor «receta» es la creación de empleo de calidad, que saldremos a la calle para denunciar las políticas de ajustes y recortes que están apisonando nuestras condiciones laborales y que en las nuevas elecciones de junio ha de conformarse un gobierno que centre su actuación en cumplir las demandas de las masas populares.

La historia de la clase obrera nos enseña que los derechos no se heredan sino que se conquistan cada día, que nunca nos han regalado nada y que si queremos acabar con los recortes y las «mordazas» impuestas por el régimen social de empresarios y banqueros debemos redoblar nuestros esfuerzos, organizarnos en los centros de trabajo y retomar las calles. Los capitalistas están arrebatándonos todo cuanto tenemos con la intención de mantener el orden de las cosas. Sus beneficios son nuestra explotación, sus reformas la degradación de nuestras vidas, su dictadura nuestra carcelera. Una sociedad donde los medios de subsistencia no están garantizados, donde los derechos son recortados a la mayoría trabajadora y popular, donde se cierran fábricas y se frena el progreso por anteponer los intereses de unos pocos sobre las necesidades de todos los demás, no puede ser el modelo social definitivo.

El 1 de mayo nos recuerda que la lucha exige sacrificios y que el reto que tenemos por delante es colosal pero debemos ponernos «manos a la obra» para combatir el paro y la precariedad, para abolir las leyes que reprimen al pueblo, por derogar las reformas que aumenten la pobreza y condenen a millones de personas a una vida incierta.

Desde el Partido del Trabajo Democrático participamos en las manifestaciones de Gijón, Puertollano y Madrid para aportar todo lo posible a la lucha de la clase obrera en función de nuestras actuales fuerzas, coreando numerosas consignas, repartiendo materiales que ayuden a aumentar el nivel de conciencia de las y los trabajadoras/es y honrar la memoria de «los 8 de Chicago» y el resto de luchadoras/es que han entregado su vida por la causa de nuestra clase y de todos los oprimidos. También hicimos un llamado a constituir circulos de estudios y propaganda del socialismo marxista en las empresas, con vistas a avanzar en la organización política partidaria de nuestra clase, que nos permita en un futuro establecer el control obrero en las empresas, piedra angular para levantar una Republica Democrática y Socialista.

Las y los comunistas del PTD hemos mostrado y seguiremos demostrando nuestro compromiso con la clase obrera para construir un futuro donde la explotación, las desigualdades sociales sean «viejos recuerdos», donde la democracia sea ejercida por la clase obrera y el pueblo, donde el 1 de mayo sea una fecha en la que celebrar que el trabajo las necesidades humanas son los elementos fundamentales gracias a que rompimos las cadenas y conquistamos nuestro porvenir.

¡CONSTRUYAMOS DEMOCRACIA TAMBIÉN EN LAS EMPRESAS!