63 años hacen hoy que la dignidad cubana presentó batalla. 63 años hacen que el socialismo empezó a introducirse en una pequeña isla del caribe y en su pueblo, logrando hacer una revolución que llega hasta nuestros días, incluso después de la caída del campo socialista, antaño principal aliado y amigo del pueblo cubano en su resistencia frente al imperialismo norteamericano.
La Revolución Cubana merece todo nuestro apoyo más firme y sincero. En la realidad actual en la que vivimos, en plena crisis de la que el capitalismo solo se recupera en apariencia, y a poco más de un año del centenario de la Revolución de Octubre, los ataques por parte de la burguesía imperialista se han intensificado. Su propaganda anticomunista es cada vez mayor, y no sólo anticomunista, sino “anti” todo lo que tenga una pizca de progresista.
Desde los medios de comunicación capitalistas se lanzan todo tipo de ataques contra la República de Cuba, calificándola de “dictadura castrista” y demás injurias. ¿De dónde viene esta acusación? ¿Acaso la Revolución Cubana ha implantado un régimen de terror contra su propio pueblo? Más bien al contrario. Lo que realmente enfurece a los capitalistas es el establecimiento de una dictadura sobre los explotadores cubanos y el capital extranjero que dominaban el país a sus anchas antes de la Revolución. Pero esta dictadura sobre la minoría de explotadores ha sido en realidad una democracia para la mayoría trabajadora. Así, mientras en los países capitalistas a las y los trabajadores se nos excluye sistemáticamente de la discusión y elaboración de las decisiones políticas y económicas más importantes, en la democracia socialista cubana no se toma ninguna medida decisiva para el futuro del país sin contar con la clase obrera y el pueblo cubanos. Ello es posible por el hecho de que en Cuba la clase obrera en el poder ha abolido la propiedad privada sobre los medios de producción fundamentales, lo que permite ponerlos al servicio del pueblo trabajador y no de una clase de empresarios y banqueros explotadores.
En la actualidad, en Cuba, se han emprendido algunas reformas. La clase obrera cubana en el poder ha realizado algunas concesiones a la propiedad privada y las relaciones mercantiles. Por otro lado, ante sus crecientes problemas geopolíticos, el imperialismo norteamericano ha hecho gestos de normalización aparente de las relaciones con la mayor de las Antillas, después de décadas de ataques, amenazas y sabotajes. Pero hay que tener mucho cuidado. El bloqueo norteamericano aún sigue vigente y abrir ciertos márgenes al capitalismo, aunque sea controlado, entraña riesgos que pueden desembocar en mayores amenazas posteriores para la revolución. Por ello la lucha ideológica y la vigilancia revolucionaria en la isla deberán tener máxima prioridad.
Además, la actual oleada reaccionaria en América Latina representa una amenaza adicional. La desestabilización en Venezuela, con la larga mano del imperialismo norteamericano detrás, el Golpe de Estado judicial y mediático en Brasil o la llegada al poder en Argentina del oligarca Macri son claros ejemplos de ello. Estas circunstancias vuelven a situar a Cuba como principal foco de resistencia antiimperialista en América Latina.
Por ello, desde el PTD felicitamos a la clase obrera y el pueblo cubanos por el 63º aniversario de su revolución socialista y confiamos en que con su Partido Comunista al frente estarán a la altura de las circunstancias, como lo han estado hasta ahora.
Hoy, como ayer: ¡Siempre 26!
¡Viva la revolución socialista cubana!
¡Viva la lucha de la clase obrera!