Estimados camaradas. Querido embajador:

En primer lugar, desde el Partido del Trabajo Democrático nos gustaría agradecerles la invitación a esta fecha tan importante para el pueblo coreano. Sabemos que para ustedes el Secretario General eterno del Partido del Trabajo de Corea y Presidente Eterno de la Comisión Nacional de Defensa, Kim Jong-Il, es un gran padre de las masas populares que hoy continúan la obra histórica de construir una nueva Corea para hacer posible un nuevo mundo.

Acompañarles en el recuerdo a tan magnífico camarada es, para nosotros, un enorme ejercicio de aprendizaje, así como un orgullo. Cuando el campo socialista se desmoronó, el pueblo coreano, bajo la dirección de Kim Jong-Il, mantuvo la senda revolucionaria en el país asiático, resistiendo las embestidas de los imperialistas americanos y japoneses.

Sabemos que, para su pueblo, esta larga resistencia no estuvo carente de enormes sacrificios. Ahí se encuentra la grandeza del hoy Presidente Eterno de la Comisión Nacional de Defensa. Que fue capaz de ligar los esfuerzos y sacrificios temporales del pueblo coreano con la perspectiva de construir una sociedad comunista. No fue fácil (ni lo es en la actualidad), pero la labor del pueblo coreano mantiene abierta en la actualidad una mayor oportunidad para nuestro pueblo de construir el socialismo.

En segundo lugar, queríamos referirnos a la solidaridad internacional con la Revolución Coreana. ¿Por qué estamos hoy aquí?, ¿por qué apoyamos la revolución socialista en Corea?

En una época donde ustedes sufren el acoso de los mass-media y los imperialistas han volcado una opinión negativa sobre su país, lo más cómodo sería renunciar a defender a la República Popular Democrática. Pero, aunque fuera lo más cómodo en lo inmediato, sería lo más hipócrita, erróneo e inconsecuente a medio y largo plazo. ¿Por qué?

El capitalismo, en su fase imperialista, es un sistema internacional. Eso significa que la lucha de clases, aunque se da nación a nación, tiene un sentido mundial. Los avances que la clase obrera y las masas populares de otros países realicen, especialmente en aquellos lugares donde han logrado tomar el poder, afectan al conjunto del sistema capitalista.

Por ejemplo, el gran avance que supuso la oleada de revoluciones socialistas en Europa, Asia y América Latina a principios del siglo pasado permitió que, en occidente, los sindicatos y partidos obreros arrancaran de las manos de los poderosos la Seguridad Social, la educación gratuita o notables mejoras salariales. Podemos decir que gracias a esa oleada, de la que el pueblo Coreano fue partícipe, en occidente se consiguió el tan añorado “Estado del Bienestar”.

Hoy que el pueblo español se lanza a las calles a protestar contra la austeridad y la negación de la democracia mediante dictados del Eurogrupo o el Fondo Monetario Internacional, nuestra labor internacionalista consiste en explicarles que sus intereses particulares e inmediatos encuentran la mayor de las garantías de resolución practicando la lucha por el Socialismo. Que el éxito del proletariado en un lugar del mundo sirve de refuerzo para la lucha de sus hermanos en todos los demás países. Que la lucha del pueblo coreano es parte de la lucha mundial del proletariado contra el capitalismo imperialista y, por eso, es parte también de la lucha de la clase obrera española.

Aunque nuestros países se encuentren en los dos extremos opuestos de la gran Eurasia, nuestra condición de clase nos une.

No les apoyamos por pasatiempo. Tampoco por curiosidad cultural, exotismo o nostalgia. Les apoyamos porque creemos firmemente que la senda de construcción socialista que el pueblo coreano y sus grandes dirigentes protagonizan es, también, parte de nuestra lucha.

¡Y por eso, trabajaremos para que las trabajadoras y trabajadores de nuestro país conozcan los grandes logros de la revolución nacional, democrática y socialista en Corea, con el objetivo de que así podamos organizar en España nuestra propia revolución!

¡Recuerdo eterno para el camarada Kim Jong-Il!

¡Viva la Revolución Coreana!

¡Viva la lucha de la clase obrera!