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Miles de trabajadoras y trabajadores hemos llenado más de setenta ciudades del país reclamando que ahora que la economía remonta y crece «no hay excusas» para seguir manteniendo las políticas de recortes y ajustes con las que la mayoría trabajadora hemos vistos recortados nuestros derechos laborales y sociales.

Las reformas laborales, la pérdida de poder adquisitivo y la congelación salarial, pesan en la espalda de la clase obrera como una losa insoportable. Los escándalos del corrupción, las cifras de beneficio del IBEX 35, hacen que la negativa de la patronal a una subida salarial «razonable» resulte aun más hiriente. Si la economía crece es precisamente porque la clase trabajadora pone en marcha cada día todos los motores de la misma. Llevamos demasiados años soportando el empeoramiento de nuestras condiciones de vida y trabajo mientras una minoría se apropia de la riqueza que generamos.

Este 1 de mayo, las mujeres y hombres del PTD hemos participado en las manifestaciones de Madrid, Gijón y Avilés, conmemorando una fecha histórica cargada de lucha y memoria para nuestra clase y recalcando el protagonismo que debemos las trabajadoras y trabajadores si queremos que mejore la vida de la mayoría social, si queremos que las necesidades humanas estén por encima del interés lucrativo de unos pocos ricachones.

Conseguir un nuevo Estatuto de las/os trabajadoras/es, la subida automática de los salarios en relación al IPC más un 5% adicional de forma progresiva, la igualdad salarial entre mujeres y hombres, lograr un SMI no menor a los mil euros, así como el aumento del control por parte de la plantilla sobre las decisiones principales que se tomen en las empresas y la nacionalización de los sectores estratégicos, han sido algunas de las propuestas que hemos promovido desde el Partido.

Durante el recorrido de las manifestaciones, además, evidenciamos la necesidad de reforzar el movimiento sindical para plantar cara a la patronal en las empresas, sin olvidar que las decisiones que nos están haciendo retroceder a todos los niveles son tomadas en el ámbito político. No podemos esperar que quienes nos explotan cada día se «apiaden» y repartan la riqueza. Hay que avanzar en la idea de que si «nosotras/os producimos, nosotras/os decidimos». Hay que quitar poder a los empresarios y aumentar la democracia en las empresas. También hicimos una mención explícita de la situación en Francia y del peligro que la extrema derecha supone para los pueblos. La crisis y la degradación de nuestras condiciones de existencia son un peligroso caldo de cultivo que el fascismo sabe usar en su propio beneficio, espoleando ideas repulsivas como el racismo, la xenofobia y la homofobia, así como el odio general hacia las organizaciones de izquierda.

La lucha de clases nos exige un movimiento obrero y social fuerte, con capacidad de respuesta, pero también con visión de futuro y sobre todo, con conciencia de clase, es decir, con conocimiento del papel que jugamos las trabajadoras y trabajadores en la sociedad para que actuemos conforme a tal premisa. Una sociedad que se basa en la explotación de la mayoría y en el aumento de las desigualdades sociales, no puede ser el modelo social definitivo y hay que atreverse a pensar en uno donde la mayoría trabajadora tenga en sus manos la posibilidad de gobernar su propio futuro.

Los ejemplos de Coca-cola en lucha o de los estibadores siguen demostrando que un movimiento obrero organizado y dispuesto a la lucha es la mejor «receta» para enfrentar a quienes pretender seguir explotando y empobreciendo a nuestra clase y al pueblo. Desde el PTD seguiremos trabajando por fortalecer este movimiento y la posición de nuestra clase, para poder ganar esta «batalla social».

¡A POR ELLOS! ¡SIGAMOS LUCHANDO HASTA VENCER!