Ante los acontecimientos del 1 de octubre y la violenta represión de las movilizaciones por un referendum de independencia, el PTD quiere señalar los siguientes puntos:

  1. La condena más firme de la represión ejercida por la Policía Nacional y la Guardia Civil. Las imágenes de ayer, que están levantando la indignación en todo el mundo, son una muestra del carácter limitado de las libertades civiles y la democracia en España. Señalamos como principal responsable de ello al Gobierno del PP cuya actitud durante todo este periodo no solo no ha ayudado al diálogo, sino que ha agravado la confrontación en términos de exaltación del chovinismo nacional más reaccionario y atrasado. La misma receta represiva que se está aplicando hoy en Cataluña, ha sido aplicada y podrá ser aplicada mañana contra la clase trabajadora en cualquier conflicto laboral y social.
  2. Exigimos la apertura de un proceso de diálogo, para establecer un marco de convivencia a largo plazo que sea justo y equitativo, basado en el respeto y fomento de los derechos de los trabajadores, y la solidaridad entre regiones ricas y pobres. Cataluña debe tener derecho a pronunciarse sobre su futura relación con el resto del Estado mediante un referendum vinculante celebrado en condiciones de normalidad y respeto, con un proceso de debate social y público que de garantías, en el cual se puedan expresar en condiciones de igualdad, todas las posiciones en disputa. En Quebec y en Escocia se votó tranquilamente después de un periodo de debate normalizado ¿Porqué no vamos a poder hacerlo aquí?
  3. Las partes en disputa en este conflicto no son dos, sino tres. En el debate público a favor o en contra de la independencia de Cataluña han sido silenciadas las voces que expresan a la mayoría social trabajadora. Quienes más han sufrido las políticas de austeridad, recortes, precariedad laboral y devaluación salarial, son los trabajadores. Estos ataques contra la clase obrera han sido planificados y ejecutados por los gobiernos neoliberales en España y Cataluña. Ambos, el Gobierno de España, y el Govern de Cataluña, forman parte del mismo partido, ese que gobierna sin presentarse a las elecciones: el partido de los millonarios.
  4. Las opciones separatistas no son una solución real a los problemas de la clase trabajadora y las capas populares. El futuro del país pasa por la solidaridad y la unidad de la clase trabajadora para cambiar España, no por la división y la confrontación en términos de chovinismo nacional. Debemos luchar por un país justo y solidario, por una unidad basada en el respeto a los derechos de los trabajadores, para un desarrollo equilibrado entre las regiones de todo el Estado, porque la riqueza sea utilizada para mejorar las vidas de quienes la crean, y no para engordar los bolsillos de los grandes empresarios en Madrid o Barcelona. Ese, y no otro, es el marco de convivencia necesario en España. Que ese otro mundo más justo sea posible está en manos de la clase trabajadora organizada.

Somos una sola clase obrera.