A la espera de que se vayan conociendo más detalles en los próximos días, tres ideas clave:

  1. Nos unimos a la celebración de haber retirado del gobierno al PP. Al igual que en la última legislatura de Aznar, el gobierno de Rajoy había conseguido generar una atmósfera irrespirable en la política española, con continuos ataques y desprecios a la mayoría social trabajadora y apoyándose en los elementos más reaccionarios de la sociedad. El PP parece condenado a finalizar sus mandatos en medio de escándalos y en una atmósfera de crispación política y social.
  2. El nuevo gobierno nacerá débil, con fuertes contradicciones internas y, por lo que se ha ido informando en los medios, no parece que el PSOE tenga ninguna intención, más allá de gestos formales, de dar marcha atrás a las políticas de austeridad. El PSOE sigue comprometido con los dictados de la Comisión Europea y los intereses del gran capital español y europeo. Sería un error olvidar esto a la hora de generar expectativas sobre el nuevo gobierno.
  3. En este momento, se hace más necesario todavía aumentar la presión social y la movilización, con el fin de condicionar las políticas lo máximo posible en favor de las capas populares. No nos contentemos con medidas cosméticas, sigamos exigiendo cambios radicales y el fin de las políticas de austeridad. Gran parte de los apoyos del nuevo gobierno, al igual que con el PP, serán IBEX.