Crisis económica, Reestructuraciones empresariales y EREs: Para afrontarlo no va a bastar con pequeñas reformas

Empezamos el 2019 con más de 19.000 puestos de trabajo en toda España que están amenazados por Expedientes de Regulación de Empleo. 

Reestructurar para competir

Los EREs no son una maldición divina, son parte integral de los procesos de reestructuración empresarial.

En la competencia entre empresas por hacerse con un mercado cada vez más disputado y atraer a los accionistas, los directivos se ven obligados a reestructurar la empresa para aumentar las ganancias entregadas a los accionistas. De no ser así, los accionistas retirarían su capital y lo invertirían en otra empresa o en otro sector.

Es una guerra a muerte, en la cual la empresa que no actúa se queda fuera de juego y puede desaparecer o ser absorbida.

Para reestructurar las empresas hacen dos cosas:

  • Invertir en medios de producción más modernos y eficaces para intentar producir más, más barato y de mejor calidad. Esto les permite ganar el mercado a sus competidores. La Industria 4.0 y la automatización es producto de este factor.
  • Reorganizar la plantilla, intentando eliminar los puestos de trabajo que consideran superfluos y aumentar el ritmo de trabajo de la plantilla que quede en la empresa. Es aquí donde entran los EREs y su resultado es el desempleo (que hace que la crisis económica se profundice) y el aumento de la explotación general de la clase trabajadora.

La crisis empeora la situación

Este proceso, que es intrínseco al capitalismo, se ve acentuado con la crisis económica. Todos los indicadores, tanto del sector industrial, como del manufacturero o de servicios, indican que la economía se está volviendo a estancar. Incluso puede entrar en recesión de nuevo.

Y lo peor de todo es que ya no queda mucho margen de maniobra. Los miles de millones de euros del rescate bancario, los paquetes de estímulo monetario, la bajada de tipos de interés, el precio relativamente bajo del petróleo… todos los factores que se pusieron en marcha a partir de 2008 han perdido su efectividad.

En este contexto económico tan negativo debemos ser conscientes de que nuestra empresa también puede ser reestructurada, que nadie de la plantilla está a salvo y que quien conserve su empleo va a tener que trabajar más intensamente, más horas y en peores condiciones.

La respuesta sindical

Los sindicatos están reaccionando mediante la presión al Gobierno para que retire los aspectos más negativos de la Reforma Laboral de 2012.

Es una petición bien encaminada: La Reforma Laboral debilitó la capacidad de presión de los sindicatos en las mesas de negociación y facilitó enormemente la capacidad de los empresarios para  imponer los despidos.

Pero este cambio que piden los sindicatos, aunque puede amortiguar la situación, no va a impedir que las empresas, al ver amenazada su viabilidad en un contexto de recesión económica profunda, impongan EREs para salvarse. 

Por tanto, es necesario también impulsar medidas macroeconómicas y políticas que vayan más allá. Medidas que actúen en el corazón de la economía para ponerla al servicio de la mayoría social trabajadora.

Ideas clave

  • La economía se está volviendo a estancar y todo apunta a una nueva recesión. Los EREs van a aumentar.
  • La empresas se reestructuran para poder ganar la carrera de la competitividad a otras empresas. Es un proceso intrínseco al capitalismo.
  • Los EREs son la parte de las reestructuraciones que buscan eliminar el empleo que los capitalistas consideran sobrante.
  • Así se reduce el gasto salarial, y también se aumenta la explotación de quienes conservan el empleo. “Una persona, hace el trabajo de dos”.
  • Los EREs van a aumentar. Nadie está a salvo de ellos.

Por un cambio radical en la política económica

Si la iniciativa privada no es capaz de mantener los empleos y activar la economía ¿Por qué no reforzar el sector público?

A lo largo de la historia del capitalismo ha sido frecuente que el Estado haya intervenido activamente en la economía. Incluso ahora, muchos países de nuestro entorno, tienen importantes participaciones en empresas.

Un conglomerado de grandes empresas públicas industriales, de infraestructuras y servicios puede servir como base para para una economía estable y próspera, que genere empleo, de estabilidad a nuestras vidas y futuro a nuestras familias y nuestras comarcas.

De hecho, el España cuenta ya con varias empresas públicas importantes, como Correos, Navantia, Tragsa y otras más.

Estas empresas son propiedad total o parcial de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), la cual se encarga de gestionar estos activos.

La SEPI está ahora controlada por los burócratas neoliberales del Gobierno, ellos responden a los intereses de los grandes empresarios y banqueros y su interés es privatizar y desmantelar todo.

Pero puede funcionar de forma diferente. Con control social y democrático, planificación a largo plazo y a gran escala, la SEPI puede ser el centro de un gran conglomerado de empresas públicas, que obtengan beneficios y los destinen al interés social. Incluso pueden competir y comerse a las empresas privadas.

Es la lógica de pasar del Dividendo Privado de los accionistas, al Dividendo Social de todo el pueblo.

#PonlaSEPIaTrabajar: Un sector público productivo para crear empleo y activar la economía

¿Sabías que?

  • La Autoridad del Valle del Tennesse es la mayor empresa pública de los EE.UU. Fue creada en 1933 (durante la Gran Depresión) por el Presidente Franklyn Delano Roosevelt.
  • Su misión era y es generar y distribuir energía hidroelécrica en 7 estados.
  • Hoy todavía existe. Desde 1959 se autofinancia al 100% y es totalmente rentable. Da empleo a 10.000 personas.
  • Es un ejemplo de que, si hay voluntad política y se piensa en grande, la iniciativa pública es perfectamente capaz de funcionar.

Ideas clave

  • Utilizar la SEPI para intervenir en empresas y sectores estratégicos, mediante la nacionalización total o parcial.
  • Reforma de la SEPI para que haya un control democrático sobre su gestión. Con criterios  sociales y planificación estratégica a largo plazo de la política industrial.
  • Creación de un fondo público de inversión estratégica, con cargo a los presupuestos del Estado.

¿Sobran trabajadores? Hagamos que los empresarios tengan que contratar más: 35 horas por ley

Hace cien años se estableció la jornada laboral de 40 horas a la semana, desde 1919 en España.

La productividad se ha disparado a lo largo de este siglo y del anterio gracias al perfeccionamiento de la técnica y la introducción de nuevas y mejores tecnologías.

Pero seguimos trabajando lo mismo, o incluso más tiempo y con más intensidad, para beneficio de los empresarios.

Con la cantidad de paro y subempleo que hay, ¿No va siendo hora de dar un salto adelante e implantar la jornada laboral de 35 horas sin reducción de salario?

Con jornadas de 7 horas diarias, podemos repartir más equitativamente el tiempo que dedicamos a la familia y avanzar en la igualdad entre hombres y mujeres.

Crearemos empleos para que todas y todos tengamos un trabajo y unas condiciones laborales mejores.

Esto también amortiguará el impacto de los EREs, al obligar a los empresarios a contratar más trabajadores.

En Alemania, en Suecia, en Bélgica… en toda Europa ya están hablando de ello. ¡Unámonos desde España a esta lucha!.

Ideas clave

  • Nuevo Estatuto de los Trabajadores y Trabajadoras: Reducción de la jornada laboral máxima a 30 horas semanales.
  • Salario mínimo no inferior a 1000€. Indexación automática de salarios con el IPC (por ley).
  • Tope máximo de 40 horas extraordinarias al año.

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