Carta a la plantilla de Alimerka…

…y de todo el sector de supermercados asturianos

Estos días son complicados para toda la plantilla de Alimerka. No es plato de buen gusto ir a la huelga o verse inmerso en ella sin quererla hacer, en unos momentos en los que realmente toca estar con la familia.

En estos días se enconan las posiciones, se falsean las ideas con apariencias y se trata de enfrentar a los trabajadores entre sí, cuando todos tenéis algo en común.

Aquellos que os oponéis a la huelga porque consideráis que se produce un daño a Alimerka, con la que coméis todos, tenéis parte de razón.

Alimerka es de todos vosotros. Alimerka es de quienes la habéis construido, quiénes con vuestro trabajo habéis hecho de ella una gran empresa asturiana. Por eso es real ese sentimiento de que la huelga provoca un daño a algo que es vuestro, porque lo habéis creado con vuestras propias manos. Toda la plantilla la habéis creado con vuestras manos.

Pero hay que diferenciar una cosa: la huelga no es contra Alimerka. Porque, aunque todos los trabajadores la hayáis construido, esta empresa no es propiedad del conjunto de los trabajadores. ¡Ojalá fuese así, porque habría sido más sencillo alcanzar un acuerdo para mejorar la vida de todos y todas!

Aquí es donde reside el error de pensar que Alimerka es de todos. Mientras que unos la habéis creado con vuestro trabajo, otros, un puñado de individuos entre los que destaca Alejandro, son los que poseen Alimerka y se quedan con la riqueza creada por vosotros. Se quedan con los millonarios beneficios de cada año.

Por ello, es esencial que todos tengamos claro que la huelga no es contra Alimerka, a toda la plantilla os duele veros inmersos en una huelga, la secundéis o no. La huelga es contra Alejandro y su actitud intolerante ante lo que es razonable reclamar.

Los trabajadores que apoyáis, de una u otra forma, la huelga, tenéis razón al reprochar a Alejandro esa actitud intolerante. Alejandro lleva paralizando la negociación cerca de un año. Incluso con la convocatoria de la huelga sobre la mesa, fue incapaz de dar su brazo a torcer para asumir reivindicaciones razonables. Envió a su abogada al SASEC sin tener capacidad de llegar a acuerdos. ¿Esta es la actitud de una persona que quiere negociar con la otra parte?

Esta actitud, caracterizada por la prepotencia y la arrogancia, se aleja de la negociación que reclaman los compañeros y compañeras huelguistas. ¿De quién es la responsabilidad cuando Alejandro dice en la mesa de negociación que le da igual perder la venta de navidad, o que puede comprar a 8 generaciones de trabajadores para sustituir a los huelguistas porque tiene mucho dinero? Esto es lo que os ha de hacer reflexionar a toda la plantilla.

En estos argumentos llenos de arrogancia indican algo clave. Algo que contradice los comunicados de la dirección difundidos a través de la empresa entre todos vosotros. Indican que hay beneficios muy importantes en la empresa, solo hay que ir al registro mercantil a ver los datos: más de 9 millones de euros en 2018. Y eso significa que la empresa puede asumir las reivindicaciones, que incluso aquellos que no apoyan la huelga ven como razonables.

¿Acaso no es razonable reclamar que no se regalen 2 semanas y media al año a Alejandro del tiempo de cada trabajador para recuperar el descanso diario de 20 minutos? Esto es normal en cualquier empresa ¿Por qué no lo es para Alejandro?

¿Acaso no es razonable reclamar que nadie cobre por debajo de 14.000 € anuales y que se mejore la escala salarial de todos para dejar de vivir tan apretados y angustiados, a pesar de tener trabajo?

Alejandro ha utilizado a Alimerka para sostener su posición intolerante y privilegiada. Así, va por mal camino, hoy, mañana y dentro de unos años. Está cegado por la ambición de ganar más dinero, y su obsesión por someter a la plantilla y a todo el sector de supermercados asturianos a sus dictados.

Aquellos de vosotros que no apoyéis la huelga, e incluso que la critiquéis, podéis hacer algo para desbloquear esta situación a la que os ha llevado Alejandro. En lugar de confrontar con vuestros compañeros huelguistas, y viceversa, podéis dirigir una carta, o hacer un llamamiento a Alejandro, para que abandone su actitud de bloqueo de la negociación. El problema está ahí, no en otro sitio.

Alejandro tiene que bajar de su lujosa atalaya, debe reconocer que la huelga es un grave problema para él. Que debe dejar de tensar a la plantilla con su actitud intolerante.  Si Alejandro cambia de actitud y se sienta a la mesa para negociar, la situación cambiará de oscuro a claro. El camino a la solución está en la negociación, para que admita lo que es razonable y legítimo en la plataforma reivindicativa. A buen seguro los demás accionistas de Alimerka y los demás propietarios de supermercados del convenio sectorial estarán pensando esto mismo en estos momentos.

Alimerka, Más y Más, El Arco, Plaza Día son de todos sus trabajadores y trabajadoras, porque las habéis construido con vuestro esfuerzo. Por ello merecéis vivir mejor.